La moxibustión
Es una técnica de la Medicina Tradicional China que
utiliza el calor de la artemisa para sanar. En la antigua China, para mencionar
la acupuntura se utilizaban dos ideogramas: el de aguja y el de fuego.
Para la moxibustión utilizamos la hojas de la artemisa
secas, molidas y prensadas en forma de puro o moxa. Su combustión alcanza los 500 y 600 grados
centígrados, generando un calor seco de gran calidad terapéutica que se aplica
sobre los puntos de acupuntura, meridianos y zonas cogestionadas. Sumando así
las propiedades del punto de acupuntura con las propiedades del calor medicinal
de dicha planta.
Características de la artemisa
Su composición química contiene cineol, linalol o
tuyona, además de taninos, adenina, colina y vitaminas A, B y C. Propiedades:tónica, digestiva, antiinflamatoria,
antimicrobiana, analgésica.
Usos de la moxibustión
La moxibustión tiene la propiedad de calentar los
meridianos, dispersar el frío y la humedad. También favorece y regula el flujo
de la circulación de la sangre y de la energía, además de recuperar el Yang.
Es eficaz en dolores reumáticos, para mejorar el
sistema inmunitario, es analgésica y antinflamatoria, es desintoxicante,
regula y activa el metabolismo y el aparato digestivo. En la antigüedad utilizaban
la moxibustión para fortalecer la salud y prevenir las enfermedades.
Moxibustión
directa: se aplican los conos directamente sobre la piel, en el
punto elegido; se enciende el primero (con una varilla incienso) y se van
quemando conos hasta que el paciente no tolere el calor.
Moxibustión
indirecta: entre la piel y los conos se coloca un elemento
intermediario: ajo o jengibre. Se corta una rodajita es estos frutos y se le
hacen varios agujeros. Luego sobre éstos se coloca el cono de moxa, que se
quemará hasta que el paciente no tolere él calor. En este tratamiento, aprovechamos
las cualidades fungicida y calorífica del ajo y el jengibre.
Moxibustion
con puro de moxa: Con todo, la forma más usada de la
artemisa es aquella en que se enrolla como un puro. El puro se enciende y se
aproxima a la piel, a una distancia de unos 3 centímetros aproximadamente,
durante 3 a 5 minutos. Se va calentando suavemente para que el calor penetre en
profundidad hasta que el paciente no tolere el calor.